A medida que pasan los años, las necesidades nutricionales cambian, especialmente para las mujeres. Ya sea durante la menopausia, en la adultez activa o en etapas más avanzadas, el cuerpo requiere una atención especial en cuanto a los nutrientes esenciales. No se trata de hacer dietas restrictivas, sino de elegir con inteligencia lo que ponemos en nuestro plato.
La alimentación consciente invita a escuchar al cuerpo, reconocer sus señales y comer con atención plena. Incluir alimentos ricos en calcio para fortalecer los huesos, antioxidantes para combatir el envejecimiento celular y fibras para una buena digestión es fundamental. Además, reducir el consumo de ultraprocesados y azúcares refinados ayuda a mantener la energía estable y a prevenir enfermedades crónicas.
Comer de forma consciente también implica crear una conexión emocional positiva con los alimentos. Servirse con amor, preparar las comidas con calma y compartir momentos en la mesa son hábitos que nutren tanto el cuerpo como el alma. La buena alimentación es una herramienta poderosa de autocuidado, y nunca es tarde para comenzar


